Que sea

Que no sea la sonrisa lo que se te borre de ese bello rostro.
Que no sea la prudencia la que deje de guiarte en cada paso.

Que no dejen de espantarte las injusticias.
Que no olvides nunca donde están los que de verdad darían por ti su vida.
Que sepas reconocer siempre lo que de verdad merece la pena,
y sobre todo lo que merece la alegría.

Que tengas la capacidad de tomar siempre una buena decisión,
aunque a simple vista cueste hacerlo,
porque los resultados vienen siempre a posteriori, tras el esfuerzo.

Que cuides siempre mucho más a los de dentro que a los de fuera, siempre.

Que sepas escuchar a quien bien sabes que lo que te aporta es por tu bien.
Que no escuches nunca a quien solo te dice lo que quieres o te gustaría oír,
y sin embargo sepas distinguir lo que te dicen del por qué te lo dicen.

Que sepas aprender de los errores, de los de los demás y de los propios,
porque ahí es cuando se aprende de verdad.




Que nunca olvides a ese niño que hay en ti
que fue la base de lo que hoy eres.

Que te reconozcan, allá y acá, por esa sonrisa franca
y que sea porque irradia al exterior lo que hay en ese gran interior.

¿No crees...?

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