La vida no espera
Vamos tan deprisa, que muchas veces no nos paramos a disfrutar del instante.
Hace unos días nos fuimos Lusy y yo a dar un paseo,
y, sin esperar nada de la ruta, nos paramos varias veces a disfrutar
de las vistas que nos rodeaban.
En una parada en la orilla del río Júcar, sentí la necesidad
dibujar a mi "compañera de ruta" y de plasmar en el papel lo que ese momento me transmitía,
y realmente quedó ahí, dispuesto a volver a ser recordado en cualquier instante.
La vida pasa tan rápida, que deberíamos siempre proponernos quedarnos
con retazos de los instantes vividos, por que al final,
como en ese instante escribí,
"solo quedarán los momentos disfrutados"...
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